|
Ruddy Alba Menacho (de amarillo) antes de salir del Centro Centinela, junto a Carlos Hurtado (69) y parte del equipo que los atendió. Foto RAM |
Ruddy
Alba Menacho recibió alta hospitalaria para concluir su recuperación en su
domicilio, y al llegar a casa publicó un video en el que agradeció a todo el
personal de salud que le brindó cuidados durante los 17 días que duró su
internación en el Centro Centinela de Trinidad, instalado para tratar a
pacientes con síntomas del nuevo coronavirus.
En
conversación con nosotros, reconoció la atención de calidad que recibió en el
viejo hospital de Cossmil, que funciona bajo la coordinación del Gobierno nacional, la Gobernación del Beni y del Municipio de Trinidad.
“Las
cosas hay que decirlas como son. Personalmente agradecí a todos los médicos,
enfermeras, bioquímicos, personal de limpieza, la gente que nos traía la comida,
era una atención excelente. Yo me quedé sorprendido. Para ser un lugar público,
no privado, la calidad y calidez con que la gente nos atendió fue excepcional”,
contó.
Aunque
el tratamiento le resultó doloroso pudo mantener la calma. Tuvo como acompañante
de habitación a Carlos Hurtado (69), quien también recibió el alta. Ayudó mucho
la predisposición del personal a elevarles el ánimo.
“Entraban
bailando los que hacían limpieza, los que nos llevaban la comida. Levantarse señores,
pongan una musiquita. Todo el tiempo, ellos intentaban levantarnos el ánimo, y
esta gente arriesga su salud, por el solo hecho de entrar a trabajar al Centro”,
añadió.
Desde
su cama, monitoreaba en las redes sociales algunos comentarios negativos sobre
la atención que recibieron algunos pacientes en el centro, comentarios que le
causaron molestia porque no reflejaban la realidad que él estaba viviendo.
Reconoció,
sin embargo, que les advirtieron que en algún momento su familia debía comprar
algún medicamento que necesite para su recuperación.
Alba
expresó sus condolencias para los familiares de las personas que perdieron la
vida en esta emergencia sanitaria por el coronavirus. Instó a buscar atención
médica desde los primeros síntomas para que las desgracias no se repitan.
En
casa, recordó que comenzó a presentar problemas en su salud aproximadamente hace
un mes, rodeado de incredulidad ante la posibilidad de que haya sido infectado
con el virus.
“No
quería aceptar ni creer (que fuera coronavirus). Empecé con dolores fuertes de
cabeza, ciertos malestares, me vino fiebre y no le hice caso. Me hice un
tratamiento con alguna medicación local, a través de una enfermera, de una
amiga, pero cuando se agravó la situación me fui al centro COVID”, dijo.
El
31 de mayo fue internado de emergencia.
“Ya
no se podía respirar, había mucha fatiga, mucha tos, que no me dejaba dormir,
me puse tan mal que me empezó a faltar el oxígeno. Cuando me internaron me
sacaron la plaqueta (radiografía) de los pulmones, salió que estaba bastante
complicado y fue internación de emergencia por falta de oxígeno”, dijo.
Esos días ya pasaron.
Y aunque Alba todavía tiene el virus en el cuerpo, cumple con el aislamiento en
su domicilio para no transmitirlo a otras personas, también sigue las
recomendaciones que le hicieron los profesionales que le salvaron la vida.