Foto: Alevines muertos por el frío en pozas piscícolas. John Kudrenecky.
El director de Hoyam-Mojos, John Kudrenecky, alertó sobre una posible contaminación del agua de la Laguna Isirere que podría afectar a la salud pública de San Ignacio.
La vida silvestre del espejo de agua fue duramente golpeada por el “surazo”, la semana pasada, que hizo bajar la temperatura ambiente hasta los 6 grados centígrados, cuando antes incluso sobrepasaba los 30 grados.
Miles de peces tropicales que vivían en la mística laguna murieron de frío. Sus cuerpos en descomposición están contaminando el agua, explicó el extranjero.
“Esta mortandad de peces representa un peligro de focos de infección y de contaminación que pone en riesgo la salud humana”, afirmó.
La laguna es la principal fuente de agua para el consumo humano en San Ignacio.
Los ignacianos realizaron trabajos de limpieza, sacaron la mayor cantidad de peces muertos del agua, pero el riesgo para la salud pública es latente porque, según Kudrenecky, el sistema de distribución de agua no cuenta con un método efectivo de potabilización.
El agua también es contaminada por otras fuentes como las estancias ganaderas que la rodean o el mismo drenaje pluvial del pueblo que vierte sus residuos en la laguna.
La considerada capital folclórica del Beni tiene una población estimada de 15 mil habitantes pero no tiene un buen sistema de tratamiento de agua potable.
Algunas familias están tomando precauciones para no enfermar, como hervir el agua de la laguna para consumirla u obtener el líquido de pozas vecinas.
Kudrenecky dijo que aunque el daño ecológico fue grande no significa que sea irreversible. Estimó que la naturaleza se tomará su tiempo pero restablecerá al ecosistema de la laguna golpeado por el cambio climático.
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