Los habitantes de San Javier rindieron honores a la Virgen del Carmen, este sábado, con diferentes actos culturales y religiosos. Faltaron los toros el sábado, pero sobró devoción y alegría.
San Javier, ubicada a 25 kilómetros al norte de Trinidad, celebrar cada año la festividad de la Virgen del Carmen.
Las actividades fueron organizadas por un comité integrado por autoridades electas, vecinos, profesores e indígenas.
El velorio a la Virgen se realizó la noche del viernes y las primeras horas del sábado en la iglesia del pueblo, lo que no se hacía desde hace mucho tiempo.
Los devotos rezaron mientras que los macheteros y mamitas bailaron. En el velorio se suele compartir entre los habitantes del pueblo y los visitantes café o chocolate con pan de arroz, cuñapé, empanadas u otros bocaditos.
Desde el martes se había realizado la elección de las distintas soberanas culturales. La tarde del viernes, el folclore javeriano afloró en sus calles con la Entrada Folclórica a cargo de la Unidad Educativa.
El día central, el sábado, se inició con la diana a Nuestra Señora del Carmen, cuando se escucharon repiques de campanas y camaretazos.
Cerca de las nueve de la mañana, se celebró la solemne misa y la posterior procesión con la imagen de la Virgen del Carmen por las cuatro calles de la plaza del pueblo.
La población esperaba la llegada de vientos del sur, pero al contrario fue un día agradable. Existe la creencia de que para la fiesta del Carmen la temperatura ambiente deciente, como el 2010, cuando el frío fue tanto que mató a miles de peces en la laguna cercana, Sernandes.
San Javier lució sus mejores galas. Las calles estaban rellenadas de tierra y muchos cercos y casas fueron pintadas. Pronto estrenarán su circunvalación para proteger al pueblo de las inundaciones.
Los macheteros javerianos continuaron bailando después de la procesión. Visitaron algunas casas hasta llegar al corral, en la tarde, donde se tenía programado realizar el tradicional jocheo e´ toros, desde las tres de la tarde.
Sin embargo, para sorpresa de los javerianos y visitantes, los toros no llegaron y la actividad se dio por suspendida.
La población recibió a un mayor número de personas que otros años por varios motivos, entre ellos, porque la festividad de la Virgen del Carmen cayó en fin de semana y porque además de las actividades religioso-culturales se programaron partidos de fútbol.
Quienes llegaron al pueblo con la intención de ver la juego de sortijas, el palo encebau, y otros juegos recreativos se quedaron con las ganas.
Quienes fueron con ganas de comer y beber encontraron diferentes ofertas, que dejaron satisfechos a los fiesteros.
Resaltó la presencia de dos policías que patrullaron a veces a pie y otras en motocicleta, asegurándose de que la fiesta transcurra en paz.
En el programa oficial se inscribió para las once de la noche del domingo, la recogida de borrachos en la carretilla de Don Lorito y en el carretón de Don Peludo. Hasta el cierre de la edición, no se obtuvo datos de la cantidad de trabajo que tuvieron ambos personajes.
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