Iglesia de San Joaquín. |
Los pobladores de San Joaquín del departamento del Beni
se defienden con lo que pueden del nuevo coronavirus, al punto, que tuvieron
que tomar “medidas duras”, como lo describe su alcalde Hugo Vargas, a tiempo de
lamentar que adquirir medicamentos para llevar a dicha localidad es un
calvario.
Pese al esfuerzo, la llegada de la COVID-19 fue
inevitable. Sin embargo, tuvieron tiempo de prepararse lo mejor que pudieron.
Ahora, el personal médico, cerca de 40 personas, entre médicos, enfermeras,
personal administrativo, es la fuerza principal de combate contra la
enfermedad.
Vargas explicó que 18 personas fueron confirmadas por
laboratorio con coronavirus. El primer caso es asintomático, se trata de una
persona que tuvo que ser evacuada a Trinidad tras sufrir un accidente y que
luego regresó al pueblo portando el virus.
El alcalde informó que se habilitaron ambientes para
atender a pacientes graves, mientras tanto, los casos leves son atendidos en
sus domicilios.
Según Vargas, el personal médico hizo el juramento que,
en caso de ser infectado, atenderá a pacientes con COVID-19 si es necesario,
para evitar la pérdida de vidas humanas. La enfermedad, sin embargo, ya
provocó, al menos, una muerte.
La ONG Mano a Mano hizo llegar insumos para enfrentar la
pandemia, y otros se adquirieron con aportes municipales, particulares y del
Gobierno Central.
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