El vicepresidente de la Compañía de Servicios Eléctricos de Trinidad (COSERELEC), Franz Vaca Barbery, fue remitido a la cárcel de Movocí por orden de una juez cautelar.
Corrió similar suerte, la secretaria de Presidencia del directorio, Raquel Salvatierra, quien fue enviada de manera preventiva a la cárcel de mujeres de la capital del Beni.
La fiscalía investiga una supuesta “estructura delictiva” que operaba en COSERELEC para apropiarse de recursos económicos de manera ilegal.
Ahora son tres los detenidos por el caso. No hay rastros del presidente de la compañía, Rolf Lee Anderson, y de Madia Zabala de Anderson, quienes son buscados por la policía.
COSERELEC fue intervenida el 11 de febrero por una supuesta “ineficiencia técnica y administrativa” que llevó prácticamente a la “quiebra” a la empresa y a poner en riesgo la estabilidad del servicio de suministro eléctrico para la población.
El fiscal Carlos Pelaez, que lleva el caso, informó sobre la decisión de la juez Mariana Montenegro al término de la audiencia cautelar que se realizó en reserva en la Corte Superior de Distrito del Beni.
Los co-imputados enfrentan cargos de atentado contra los servicios públicos, hurto agravado, asociación delictuosa, estafa.
La pena que podrían enfrentar variará de acuerdo al aporte que puedan realizar al esclarecimiento del caso, afirmó la autoridad del Ministerio Público.
Antes había sido remitido al mismo penal de Varones el ex contador de COSERELEC, José Santos Domínguez, quien hizo desaparecer dinero de la empresa un día antes de la intervención.
Con la intervención fueron suspendidos de sus funciones el directorio, los síndicos y la planta ejecutiva.
El fiscal Pelaez tomó declaraciones a varios directores y empleados de la Compañía con el fin de esclarecer la manera en que era manejado el dinero que ingresaba por la venta de energía a la población de Trinidad y de sus alrededores. La investigación recién comienza.
COSERELEC está prácticamente en quiebra, afirmó el interventor Bergman Cuellar luego de informar que la deuda de la empresa bordea los 55 millones de Bolivianos.
El reto de Cuellar es estabilizar la situación económica de la compañía y de garantizar el suministro eléctrico a la población con el enlace al Sistema Interconectado Nacional que está en las puertas de la ciudad.
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