Parte del hato ganadero del Beni come en el agua porque los campos están inundados por el rebalse de los ríos. Las reses pueden enfermar y morir si no recibe atención, aseguró el gerente de la Federación de Ganaderos de Beni y Pando (FEGABENI), Carmelo Arteaga.
Se estima que cerca de un millón de reses se encuentran amenazadas por el agua en el departamento del Beni.
Otras miles fueron llevadas de haciendas cercanas a los ríos a tierras más altas. Sin embargo, hay ganado en ranchos inundados. Las reses dejan la parte seca y se lanzan al agua donde están los pastizales para comer.
Si el ganado no come, aunque sea en el agua, enflaquecerá y morirá por debilidad cuando lleguen los vientos del sur, por eso, también se necesitan fármacos para fortalecerlos.
Durante la inundación el ganado pierde peso, lo que se traduce en pérdida económica para el ganadero.
El sector agropecuario del departamento sufrió grandes pérdidas durante las grandes inundaciones del 2007 y el 2008.
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