El responsable del Sistema de Alerta Temprana (SAT), Luis Phillips, sugirió controlar el consumo de pescado que proviene de lagunas donde los peces fueron afectados por el “surazo” de las semanas pasadas.
Con el descenso de la temperatura ambiente, miles de peces murieron en lagunas de bajo fondo. Los peces muertos están contaminando el agua de esas lagunas y posiblemente a los peces que sobrevivieron al frío.
“Las instancias de salud deben hacer un chequeo y verificar el estado del pescado. Lo más probable es que los pescados de las lagunas contaminadas no sirven para el consumo humano”, dijo.
Sugirió que los comerciantes indiquen a los compradores la procedencia del pescado.
Aclaró que en el departamento la mortandad de peces fue registrada en lagunas y pozas donde se practica la piscicultura. No hay reportes de mortandad de peces en ríos benianos.
Phillips inspección tres lagunas benianas y confirmó daño ecológico en dos: Sernandes e Isirere.
Destacó las acciones que realizaron los funcionarios del municipio y del Grupo SAR en San Ignacio que sacaron los peces muertos de la laguna Isirere.
De acuerdo al informe, miles de peces muertos fueron enterrados para evitar un mayor nivel de contaminación de dicho espejo de agua de donde los ignacianos obtienen el agua para consumirla.
En la Laguna Sernandes murieron peces, rayas y lagartos. Algunos fueron sacados débiles del agua por vecinos del lugar y de Trinidad quienes se acercaron en movilidades para aprovechar su carne.
En la Laguna Suárez, cercana a Trinidad, no se encontró gran cantidad de peces muertos. Phillips cree que eso se debió a que la laguna tiene una capa de agua de dos metros. A esa profundidad los peces mantuvieron una temperatura que los salvó del enfriamiento.
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