Foto:Juana y Loreto se toman un descanso en la caminata.
Caminan evitando el sol, intentando mantener el paso y no desmayar en el camino. Hombres y mujeres, indígenas de todo el país, llevan más de 50 kilómetros recorridos desde que partieron el lunes de Trinidad rumbo a la ciudad de La Paz.
Los marchistas piden al Gobierno Nacional que respete su territorio y no construya una carretera por un parque nacional sin consultarlos.
En el grupo no sólo hay hombres, adultos y ancianos, sino también mujeres y niños. Algunos menores no han aprendido a caminar y ya están acompañando a sus padres en un viaje a pie de 500 kilómetros en defensa de su territorio.
Loreto llora mientras su madre habitante del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), busca apaciguar su llanto. No tiene fiebre como otros menores.
Su madre, Juana de la comunidad El Paraíso, la alza y juega con ella hasta que el llanto se aleja y la niña sonríe.
Doña Juana marcha junto a su hija de cuatro meses, cuando se cansa de caminar su esposo la releva con la niña y la marcha continúa.
Iyambae toma su leche en mamadera bajo la copa de un árbol a un costado del camino. El niño tiene el pelo negro y los ojos grandes. Fue bautizado de esa forma en la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), aunque su verdadero nombre es Robins.
Su madre, Delina Cumandiri está acostumbrada a luchar por la defensa de los derechos de su pueblo como parte de la APG. Cuando salió de su comunidad para marchar, cogió en los brazos a Iyambae y dejó en su casa a sus otros tres hijos.
Iyambae para los guaraní quiere decir sin dueño.
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