lunes, 1 de noviembre de 2010

GOBIERNO Y GANADEROS PREOCUPADOS POR REDUCCIÓN DE CANTIDAD DE RESES

Representantes del sector ganadero y del Gobierno Nacional manifestaron su preocupación por una supuesta reducción en la cantidad de reses que pastan en el Departamento del Beni.

Según datos manejados por las autoridades, el hato ganadero beniano se redujo de 3 millones de cabezas de ganado a 2.6 millones después de que el Departamento sufrió históricas inundaciones y sequía en el pasado reciente.

El director Distrital del Servicio Nacional de Sanidad Animal e Inocuidad Alimentaria (SENASAG), Carmelo Vejarano, cuestionó el manejo de la ganadería en territorio beniano.

La autoridad proporcionó algunos datos sobre la producción pecuaria. El Departamento tiene 10 millones de hectáreas de praderas naturales, aptas para la cría del ganado bovino.

En la década del 90, en las pampas benianas, pastaban 3 millones de cabezas de ganado, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Años más tarde, un catastro alertó que la cifra había bajado a 2,8 millones de cabezas de ganado.

Vejarano indicó que para junio de este año el hato se redujo a 2 618 620 reses.

La autoridad reconoció que el sector soportó “eventualidades de tipo naturales como son: extremas sequías, inundaciones, quemas indiscriminadas”.

Sin embargo, cuestionó el hecho de que el 50 por ciento del ganado enviado a los mataderos sean vacas.

“En los mataderos del Beni se sigue una rutina de faeneo de hembras gestantes, vale decir que más del 30 por ciento de las hembras que se faenean en el Departamento del Beni son hembras preñadas”, aseguró.

“Todo ese conjunto de elementos nos lleva a reflexionar y a decir, de repente, que no estamos haciendo un manejo adecuado de nuestra ganadería y de las condiciones naturales que tenemos para esta actividad”, planteó.

Instó a los involucrados en la actividad a reflexionar sobre el desarrollo de la ganadería beniana.

Por su parte, el presidente de la Federación de Ganaderos del Beni y Pando (FEGABENI), Cristian Sattori, compartió la preocupación de la autoridad, aunque hizo algunas aclaraciones.


“Los ganaderos no vendemos los vientres, el ganado preñado, porque no le entendemos a la actividad. Lo hacemos porque necesitamos la liquidez (económica) para comprar alambradas que se nos queman, para poder restablecer las pasturas que se pierden, para poder comprar toretes, para poder comprar víveres”, explicó.

“Debemos entender la realidad de lo que es la actividad y entender la dificultad que tenemos en este momento en hacer ganadería en el Departamento”, añadió.

Sattori recordó que según cálculos habrá un déficit mundial del 40 por ciento de carne dentro de 20 años.

La demanda mundial de carne exige que el sector productivo crezca a un ritmo del 11 por ciento anual para que el 2040 podamos satisfacer la demanda global, aseveró.

“Esos son los grandes desafíos que hay. Debemos que tener seguridad jurídica, tenemos que construir políticas y normativas que vayan a ser trabajadas conjuntamente” para poder alcanzar ese nivel de crecimiento, propuso.

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