Ambrosio
García Rivera fue enviado a Potosí por su partido político la Falange
Socialista Boliviano (FSB) para reanimar a los militantes y sumar más adeptos.
En su estadía que duró algunos meses, desarrolló una intensa actividad política
alcanzando su objetivo de incrementar el número de falangistas, aunque también
se hizo de algunos enemigos políticos.
De
esos tiempos, recordó la siguiente anécdota.
La
autoridad tenía radio y la otra (radio) estaba con nosotros, con los jóvenes
políticos y nos acusábamos por las radios.
Un
día de esos se enojó el jefe policial, que era un militar retirado, y me tiró
una declaración por la radio que me desafiaba en el terreno que yo quiera.
Yo le contesté a través de la radio que nos daba cobertura a nosotros que le aceptaba el reto en el terreno de la gramática porque su nota estaba mal redactada. Hombre sin humor, (el jefe policial) me mandó seis agentes esa noche y me metió preso más de un mes en un cuartel.
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