El caso de Chimuelo, el video viral de un niño que sufre un
percance en el entierro de su ave, recuerda lo que ocurrió hace algunos años en
Trinidad, donde un joven debió enfrentar el instinto animal cuando intentaba
hacer lo correcto.
En el video local, se muestra a un joven en el parque
municipal Pantanal, área abierta donde conviven diferentes especies silvestres.
El joven llegó al lugar para liberar a una tortuga de río. La escena es grabada
por un amigo con su teléfono celular. Luego de mostrar la petita viva a la
cámara se dirige a una poza, lugar que creyó sería adecuado para la liberación.
Pasa un instante y mientras el animalito intenta adaptarse al agua de la poza,
un bato los sorprende y de un picotazo se lleva al quelonio, dejando confundidos
a los jóvenes que estallan en gritos y saltos ante el inconveniente.
El bato es un ave de más de un metro y medio de alto, blanca
como la garza pero con cuello rojo y negro. La cabeza y el pico son
negros y mucho más gruesos. Con la tortuga en el pico se aleja del lugar para
saborear su reciente presa. Los jóvenes no se quedan quietos y persiguen al
ave, que no logra alzar vuelo, tras una larga carrera, el pico se abre y la
petita cae al suelo. Está asustada dice el muchacho, pero viva.
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