Cantante beniano, Juan Carlos García. Foto JCG |
Juan Carlos García es un cantante ignaciano
que viene cumpliendo la cuarentena total a raja tabla en su domicilio de
Trinidad, por la emergencia sanitaria debido al coronavirus.
Mantiene el buen humor a pesar de que San
Pedro le ha jugado una mala pasada, porque resulta que puede salir de su casa
sólo los martes, por la terminación de su número de carnet de identidad, y
justo los dos últimos martes llovió en la capital beniana.
“Ahora salí tempranito, a hacer mis compras
rapidito al mercado con mi carnet de identidad. Y como siempre, los martes es
lluvioso, le gané a la lluvia, me salí tempranito. Siete y media estuve
devuelta en la casa y recién empezó a llover”, dijo sentado en un sillón de su
dormitorio, frente a la pantalla del teléfono celular con el que respondió la
video-entrevista.
Juan Carlos aprovechó el resto de la jornada
para ver cómo el agua del cielo se volcaba hacia la capital beniana. Los días
anteriores utilizó las bondades de la tecnología para hacer transmisiones en
vivo desde sus cuentas en las redes sociales, complaciendo a sus seguidores,
interpretando temas musicales propios y los de sus artistas favoritos.
El cantante, nacido en San Ignacio de Moxos,
extraña sus fines de semana, cuando salía de casa con sus instrumentos
musicales, micrófonos y cables a ganarse la vida amenizando reuniones sociales
con su talento artístico.
En lo económico, aseguró que había ahorrado
“unos sueltitos” lo que le permitió comprar los alimentos para aguantar el
aislamiento social, aunque “eso se agota”.
“Estamos sintiéndola, pero nadie se muere de
hambre. Dios provee desde arriba”, dijo convencido de que pronto mejorarán las
cosas.
Sin embargo, Juan Carlos se mostró preocupado
por sus colegas que están en una situación menos ventajosa.
“No todos la estamos pasando regular ni bien.
El grueso de la sociedad musical, los colegas, hay otros amigos que ya tocan
fondo por estos días” lamentó.
Explicó que los dueños de conjuntos musicales
han ahorrado un poquito para estos embates, pero hay otros artistas, que viven
de la hora musical pagada, ven como la olla se queda vacía.
Aquellos, que son los más, ganaban alrededor
de quinientos bolivianos “la tocada” los fines de semana, dinero que tenían que
hacer estirar hasta el próximo viernes o sábado.
“Para dos meses que ya no tocamos, ellos se
la están viendo grave”, lamentó. Explicó que los músicos entraron en crisis hace dos meses, arrastrados por la inestabilidad política que enfrentó el
país.
Pese a todo lo malo ocurrido por el confinamiento, García destaca que en estas semanas se han
fortalecido los lazos familiares y cuando acabe la cuarentena las amistades
serán más sinceras. Además, el planeta se está oxigenando al disminuir los
niveles de contaminación, dijo, optimista.
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