Una familia y la asociación civil Medio Ambiente y Desarrollo en Acción (ENDA por sus siglas en inglés) reclaman la propiedad de dos hectáreas de terreno donde funciona el lavadero de motocicletas y autos de los niños que viven y trabajan en la calle.
El terreno, que en realidad son pozas, se encuentra al borde del anillo de circunvalación, sector oeste de la ciudad. En el lugar, desde hace más de 15 años, funciona el lavadero de los menores de edad.
La directora de ENDA-Subsede Trinidad, Olga Soliz, aseguró que los terrenos fueron donados por la familia Del Águila a los menores trabajadores de y en la calle, pero quien lo administra es la organización.
“Ese terreno lo donó una hija del señor Gustavo del Águila, Doña Ana María del Águila. Nos donó dos hectáreas de pozos, en realidad”, aseguró.
La directora dijo que la familia Ledezma, supuestamente, intentó tomar posesión del predio días atrás. Logró echar una volquetada de tierra cerca del lavadero. Una segunda volqueta fue impedida de echar su cargamento de tierra en el mismo lugar.
Según Soliz, ENDA construyó las chapapas, las cabañas sobre los pozos para aprovechar el agua de los pozos lavando los vehículos de la ciudad y de esa manera garantizar un ingreso económico para los menores a los que ayuda la organización.
El lavadero no funciona adecuadamente desde hace unos dos años porque fue cedido en alquiler, en un convenio que “salió mal”.
Recientemente la organización se dispuso a recuperar la fuente de trabajo y por ello dos educadores se encargan de administrar el lavadero.
Un miembro de la familia Ledezma aseguró que se pronunciará en los próximos días mediante un abogado.
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