sábado, 26 de septiembre de 2009

UN MUERTO Y VARIOS HERIDOS EN CHOQUE ENTRE INDÍGENAS Y COCALEROS

Un productor de coca muerto y otras cuatro personas heridas es el resultado de enfrentamientos registrados, este sábado, entre cocaleros e indígenas del Parque Nacional Isiboro Sécure, confirmaron fuentes de la policía y del grupo de los nativos.

El comandante departamental de policía de Cochabamba, coronel Carlos Quiroga, informó sobre una persona muerta y otra herida, ambos colonizadores.

Los enfrentamientos se registraron en el territorio indígena (TIPNIS), en el sur del departamento del Beni, en pleno centro del territorio nacional.

El fallecido fue identificado como Laureano Rodríguez, campesino como Fortunato Ramírez, uno de los heridos en la zona. Ambos presentaron heridas de bala, explicó la autoridad policial a la cadena Erbol.

Rodríguez murió en el camino hacia un campamento de la Fuerza de Tarea Conjunta en el sindicato 16 de Octubre, a donde era trasladado para recibir atención médica.

En el lado indígena se confirmó los nombres de tres personas heridas: Agustín Noza y Florencio Silvestre, de la comunidad San Benito, y Jesús Dávalos, corregidor de San Miguelito del Isiboro.

Al menos uno de ellos fue herido con un objeto cortopunzante.

Uno de los ilesos informó que los indígenas fueron atacados con metralletas, escopetas y dinamita. Calculó que los cocaleros eran 600.

La zona es boscosa de difícil acceso y la comunicación telefónica no es permanente. Existen informes, no confirmados, sobre la muerte de otras personas de ambos bandos.

Una maestra de la comunidad de San Miguelito informó que un grupo de 70 personas -todos varones- del Tipnis se había trasladado, el viernes, hasta el sector sur de su territorio para desalojar a los cocaleros.

La profesora detalló que desde esta mañana se escucharon varias explosiones y disparos de armas de fuego. Los estallidos y disparos fueron escuchados también en San Benito, una población vecina. Ambas se encuentran a orillas del río Isiboro, donde viven indios de las etnias moja, chimán y yuracaré.

Las dos pequeñas comunidades indígenas quedaron habitadas sólo por profesores, mujeres y menores de edad. Las mujeres pensaron en abandonar sus hogares por temor a que los cocaleros lleguen y quemen sus casas.

Los indígenas rechazan la presencia de los colonos a quienes acusan de deforestar el bosque y sembrar coca, que luego es destinada al narcotráfico.

Al atardecer llegó un contingente de policías a la comunidad de San Miguelito
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