martes, 3 de noviembre de 2009

Estoy Vivo en el Día de los Muertos

Arturo Casanovas Arias, Comunicador Social.

San Ignacio de Mojos, Yucumo, Riberalta, Guayaramerín, o donde quiera que sea, Nov 2, (Radio Mátire).- Nuevamente la irresponsabilidad cobra la vida de seres humanos. Y no tengo tino de señalar sus nombres ni sus edades, como se suele hacer en este tipo de notas. Tampoco tengo ganas de ilustrar la nota con grabaciones de los gritos de dolor y quejidos que escuché.

Era la noche del sábado 31. Viajaba en un bus de la flota 1º de Mayo, junto a mi esposa. Hacíamos el recorrido de Trinidad hasta Guayaramerín. Yo iba a visitar a mis padres en Riberalta. Estábamos a medio camino entre San Borja y Yucumo.

A eso de las 9:00 de la noche, un camión cargado con madera a gran velocidad impactó casi de frente con nuestra flota.

De inmediato, sentí algo sobre la cara, como una lluvia. Luego me dí cuenta que era mi propia sangre.

También sentí que la luz de mi ojo derecho se iba apagando, hasta que quedó todo empañado. Pero como tenemos dos ojos, cerré ese y me defendí con el otro.

Allí empezaron los gritos. El primer paso, auxiliar a mi esposa que estaba al lado de la ventanilla, más cerca del impacto. Ella no reaccionaba… la jalé del brazo y salimos afuera, le alumbré con mi celular y felizmente … ¡no tenía nada! Solo sangre salpicada por los vidrios.

La que no tuvo suerte fue la pasajera del asiento de atrasito. Ella recibió en la cara el impacto que debió ser para mi esposa. La mujer perdió la vida instantáneamente. También murió el chofer del camión que nos chocó. Su vehículo quedó embarrancado.

El conductor de la flota, que salió para reclamar a los del camión por el choque, dijo que los otros choferes estaban con tufo a alcohol.
Recibimos atención médica en el hospital de Yucumo, pero como yo no estaba masacrado como otros, no pasé por grave.

Llegamos hasta Guayarameín, donde visité los médicos cubanos y allí me dijeron que si no me operan ya, de urgencia, pierdo el ojo. Eso fue ayer, ahora estoy en el aeropuerto de Trinidad, en espera de volar a Cochabamba, a ver si se puede salvar mi ojo.

Como primera conclusión de esta situación, quiero decirles que espero que otras personas no sufran lo mismo. No hay seguridad en las carreteras. El camino Rurrenabaque-Yucumo es de alto tránsito y no hay el más mínimo control. No hay policía caminera…Me voy… después la sigo. Gracias por escucharme.

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