viernes, 2 de abril de 2010

JAVERIANOS ADORARON LA CRUZ



Católicos y católicas de San Javier participaron en el acto de “adoración de la cruz” que se realiza en dicha población cada Viernes Santo, después de la “Celebración de la Muerte del Señor”.

La ceremonia fue fijada para las 16.30 horas, pero a esa hora había poca gente en la Iglesia principal de la población ubicada a 25 kilómetros al norte de Trinidad.

Fue entonces cuando el cuidador Carmelo Jou Mosúa pidió a los encargados que convoquen a la población con las “las matracas”, instrumentos de madera con formas geométricas y agarraderas de metal que producen sonido al ser movidas constantemente.

“La gente está acostumbrada a escuchar los repiques de las campanas para venir a la Iglesia. El templo está de duelo por eso no suenan las campanas y si las matracas”, explicó Ermenegildo Cayuvi de 48 años de edad.

Las matracas se usan exclusivamente para las celebraciones religiosas durante la Semana Santa. Cayuvi con un ayudante más joven se encarga de ello desde hace cinco años. El anterior encargado era “el finado Víctor Uco”.

A un lado de Jesús crucificado fue colocado el Santo Sepulcro, tallado en madera en 1812. El Santo Sepulcro es el orgullo de los javerianos en cuanto a antigüedades se refiere. El templo también tiene campanas antiguas en la torre y platería en el altar.

“Fue tallado en madera antes que naciera cualquiera de los presentes”, afirmó Cayuvi. Tiene imágenes de ángeles en los extremos y 44 candeleros alrededor, donde se colocaron las velas que ardieron en el velorio.

Al escuchar el sonido de las matracas la gente se aglomeró en la iglesia donde minutos atrás había comenzado “La Celebración de la Muerte del Señor”.

Jou explicó a los feligreses que el padre José María se encuentra internado en el hospital militar de Trinidad y por eso su inasistencia.

La Celebración de la Muerte fue dirigida por Jou, ayudado por otros dos jóvenes, un hombre y una mujer. Los tres leyeron la parte de la Biblia que cuenta el sufrimiento del Hijo de Dios en la cruz.

Terminada la lectura, los feligreses fueron invitados a adorar a la imagen de Jesús crucificado. Uno a uno fue llegando hasta la imagen, la besaron y luego entregaron su aporte económico para la “tierra santa”.

La misión jesuítica de San Javier tiene habitantes devotos que participan cada año en todas las actividades religiosas organizadas por la iglesia católica para Semana Santa.

Este sábado se realizará la vigilia pascual y el Domingo de Resurrección participarán en el gran encuentro de Jesús Resucitado con su madre, la Virgen María.

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