miércoles, 21 de agosto de 2013

AMBROSIO: “UN POETA METIDO EN POLÍTICA HASTA LA CRESTA”


Ambrosio García Rivera es uno de los políticos benianos del siglo pasado, más destacados a nivel nacional . Transitó de la lucha sindical a la representación parlamentaria, primero por el departamento de Potosí y luego por el Beni.
La actividad política lo mantuvo ocupado gran parte de su vida, pero se dio tiempo para dejarse llevar por la inspiración. Además de libros de poesía, ha escrito más de 30 taquiraris, compuestos por Rogers Becerra Casanova.
García acaba de cumplir 88 años de vida, los celebró en Trinidad el pasado 16 de agosto junto a un grupo de amigos y admiradores.
Aprovechamos su visita a la capital del Beni para conversar con él sobre el amor y la política, sus dos pasiones.

Usted nació en Santa Rosa del Yacuma.
Ambrosio García Rivera (AGR).- Yo nací en Santa Rosa pero desde chico, desde los cinco años viví en Reyes, desde el año 30.
Ahí estuve hasta mis 13 a 14 años y me vine aquí a Trinidad. Aquí cumplí 14 años a colegio, porque en esos tiempos no había en provincia Secundaria, no había ni sexto año. Llegábamos a Quinto y repetíamos Quinto porque no había a dónde entrar más. Así que yo aquí entre al colegio de 14 años, y salí de bachiller de 20. Aquí he vivido seis años de mi colegio secundario, en el Nacional 6 de Agosto era el único que había en esos tiempos, le estoy hablando de hace 70 años.

¿Cuál es su primer recuerdo de Trinidad, de la Trinidad de hace más de 70 años?.
AGR.- Era una población de, yo creo que un poco más de unos 10 mil habitantes, muy poco más, en esos años, yo le hablo del 39. Mi primera impresión fue en agosto. Yo llegué y a los 15 días estaba trabajando de limpiador en una oficina, de portero, barriendo, muchacho, puej; pero a los pocos días vino la muerte de (Germán) Busch. Eso me llamó la atención, la primera cosa, multitud en las calles, la gente, porque Busch era nomás una persona querida. Fue la primera impresión que yo tuve en Trinidad, la muerte de Busch, al mes de que yo estuve en esta ciudad.

¿En esa época ya escribía poesías?
AGR.- Yo tenía 14 años. Viví un tiempo, casi un año, en casa de don Horacio Rivero Egüez, eso sí me sirvió mucho porque el hombre era un hombre casero, tranquilo. En la noche sacaba su sillón a un jardincito y yo sacaba una silla, porque él me pedía que lo acompañe también. No era una conversación, era el profesor que me enseñaba y yo que aprendía. Muchos meses, esa compañía de don Horacio, que era una figura extraordinaria, me sirvió para introducirme (en la poesía). Pero ya de 16 años empecé a publicar. Teníamos semanarios aquí, nuestro profesor de literatura era don Hormando Ortiz Chávez y ese (profesor) estimulaba, nos estimulaba. Yo ya publiqué en periodiquitos y en semanarios, teníamos una revista en colegio también.

¿Se acuerda de lo primero que publicó?.
AGR.- No recuerdo, seguramente si tuviera que leerlo me arrepentiría de haberlo publicado (risas). Aquí viví durante nueve años en Trinidad y de 22 años me fui a vivir a La Paz.

¿Cómo fue la decisión de irse a La Paz, estaba consciente del cambio que iba a tener en su vida con ese viaje?.
AGR.- Consciente y además apenado. En la lucha por la vida yo estaba consciente de que aquí no iba a prosperar, no tenía porvenir. Tenía 22 años, enamorado de una muchachita acá, hasta los tuétanos. Entonces estaba mi decisión entre quedarme con ella y ser insensato con la vida; o perderla lamentándola pero ir a buscar destino. Fue una pelea dura porque a esa edad uno no tiene todavía la convicción de las cosas. Me costó decidirlo.
Yo era empleado de Banco, del Banco Central de Bolivia, que era el único que había aquí. Entonces era una carrera, la carrera de Banco, pero yo no estaba conforme. No tenía destino tampoco, yo no pude ir a la universidad, porque o estudiaba o comía, tenía que trabajar para comer.
Hubo un día que decidí, por encima de los afectos y por la pasión juvenil que tenía entonces, y me fui a buscar destino, nada más, sin vinculaciones, sin nada. (…) Después empecé a buscar vinculaciones, al mesa ya era dirigente sindical (en el banco) Me adscribieron a la dirección del sindicato, que eran cinco, me pusieron y en la elección primera me nombraron y fui hasta el día en que salí como que me sacaron por dirigente sindical en esas épocas, porque era el que más se metía porque no me importaba el carguito.

¿Qué lo impulsaba a hablar frente a todos?
AGR.- No era hablar por hablar, era cuando había siempre esa injusticia, los sueldos siempre eran magros, reclamar por mejores condiciones es pues una de las cosas que ha motivado al hombre en cualquier parte del mundo y en cualquier tiempo.
Recuerdo que una vez (tiempo después) se organizó lo que fue la base de la COB (Central Obrera Boliviana), el comité de emergencias se llamaba. Eran 14 organizaciones sindicales con cinco representantes, en cada una, 70 éramos la cúpula del movimiento obrero sindical de Bolivia y una vez nos tomaron a los 70. El jefe de policial un señor Millán o Milán entró por una ventana arriba, nos coparon los soldados, fuimos presos, 70 tipos. Allá adentro escuché que uno le decía a otro, allá, ese de allá dicen que es poeta.
Vinieron y me dicen: usted puede escribir.- ¿Qué quieren?- Una estrofa para cantarla aquí.
Escribí una estrofa, me acuerdo bien: Ayer pedimos aumento y hoy nos encarcelaron. La justicia del Gobierno contra el hambre es darnos palo.
Se lo aprendieron, y empezamos a cantar 70 voces de hombre: Ayer pedimos… Era un estruendo hermoso, que se tenía que escuchar a muchas cuadras. No nos aguantaron tres vueltas, vino el capo y dice: Señores se callan o los mojamos. Ya nomás sacaron una manguera enorme y la pusieron en el balcón. Fui el primero, camba yo que me bañen, en el frío de La Paz (risas) Ya no más me escondí detrás de un pilar, pero en realidad nos callamos porque no era chiste que nos mojen con tanto frío.

¿Cómo publica su primer libro?.
AGR.- Publiqué el primer libro el 49, 24 años tenía yo. Un libro que  se llamaba Saudades tuyas. Buenas partes de esas poesías, en homenaje a la muchacha que yo había dejado por ir a buscar destino. Del 49, publiqué un segundo libro el 56. Lo dejé en la imprenta el día que nos empezaron a perseguir de nuevo, que yo salí a Chile. Se quedó el libro en la imprenta y salió el 56. Se llama Poemas inactuales. Y desde el 56 hasta el 88, 32 años después, recién publiqué el tercero; porque estuve metido en política hasta la cresta.
En los exilios, en la Argentina éramos dos mil los camaradas, un mil en provincia y dos mil en Buenos Aires y me nombraron jefe. Yo tenía 28 años por entonces. Estuve los tres años metido en política. Volvimos al país y nos volvieron a sacar y ya me tocó ir a Chile. Ahí también me nombraron jefes los de la Falange (Socialista Boliviana) así que estuve metido como trabajando aquí en política. De allá volvimos el 58, el 59 ya sucedió la muerte de (Oscar) Unzaga (de la Vega) y de los varios camaradas en el cuartel Sucre de la que yo me salvé por estar en el Beni. Había venido a visitar a mi madre, con permiso del partido. Ese 60 fue que salí candidato diputado de Potosí, en 1960. Y vinieron los años.

1 comentario:

Gaby dijo...

Reportajes como este ayudan a subir la autoestima colectiva, sigán adelante...gracias