jueves, 3 de marzo de 2011

MÁS DE 10 MIL RESES MUERTAS POR INUNDACIÓN

Más de 10 mil reses murieron como consecuencia de la inundación en lo que va del año, en el departamento del Beni, según estimaciones de la Federación de Ganaderos del Beni y Pando (FEGABENI).

En territorio beniano hay 7605 propiedades ganaderas registradas. Técnicos de la institución ganadera calcularon que 2042 fueron afectadas por el agua.

En dichas propiedades pastaban 2 700 984 reses de las cuales 673 401 fueron afectadas y 10 101 murieron.

La pérdida estimada es de 2 377 778 dólares americanos.

La provincia más afectada por el agua es Ballivian en el Oeste beniano donde el río Beni rebalsó, días atrás, informó el gerente de FEGABENI, Carmelo Arteaga.

Es el cuarto año que la naturaleza se ensaña contra el principal sector productivo beniano. Ballivian es la segunda provincia en importancia para la ganadería beniana.

“Hemos tenido conocimiento que ha muerto ganado. Fue demasiado fuerte el impacto, principalmente en Reyes, donde la gente no había visto el agua en esa magnitud. Llegó, anegó los campos, principalmente de pequeños productores que vieron como su ganado se ahogaba”, contó Arteaga.

Se estimó que en la provincia Ballivian murieron 3191 cabezas de ganado. Los municipios más afectados son Reyes, Rurrenabaque y San Borja.

El agua avanza hacia el norte y alcanzó a la población y los campos ganaderos de Santa Rosa del Yacuma.

“Se puede decir que no es una pérdida muy grande, si la comparamos con años anteriores, pero no deja de ser significativa porque esta cantidad de animales de pérdidas que tenemos ahí (en Ballivian) puede llegar a 750 mil dólares”, sostuvo.

En dicha provincia, frontera con el departamento de La Paz, se encuentran registradas 2577 propiedades ganaderas. Se estima que el 40 por ciento está afectado por el agua, es decir 1031 propiedades.

La población bovina en Ballivian era de 521 mil cabezas de las cuales 212 mil quedaron dentro del agua y han tenido que ser trasladadas hasta zonas más altas para evitar que mueran.

Arteaga lamentó que además de sufrir por los efectos de la naturaleza, los ganaderos se arriesgan a perder sus propiedades porque hay nuevas causales de reversión de tierras.

Insistió en que los productores pecuarios necesitan seguridad jurídica para continuar con sus actividades y garantizar la provisión de carne de res al mercado nacional.

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