“Hemos dejado morir a Cristo”, dijo el párroco de la Iglesia Catedral de Trinidad, Noe Uriona, a los pies de la imagen del Hijo de Dios crucificado, el Viernes Santo.
La Iglesia Católica está de luto al recordar la Pasión y Muerte de Jesús ocurrida hace más de dos mil años.
Hemos dejado morir a Cristo y “cuanto nosotros seguimos llevando una vida contraria a la de discípulos del Señor, no seguimos sus enseñanzas, no la ponemos en práctica, pues entonces, nosotros estamos haciendo morir nuevamente al Señor”, manifestó el párroco.
Recordó que esa entrega de Jesús, ese sufrimiento en la cruz, no fue en vano sino para salvarnos de nuestros pecados.
El mundo católico recuerda ese sacrificio del Señor con una serie de actividades en la que participan los feligreses en general.
En la mañana del Viernes Santo, los apóstoles del Cabildo Indigenal escenificaron El Calvario, donde fue colocada la imagen de Jesucristo. El Calvario fue colocado en el atrio de la Catedral trinitaria.
Al medio día, se dio lectura a las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, bajo un fuerte sol.
Cerca de las tres y media de la tarde, se celebró La Pasión del Señor, la Adoración de la Cruz y la Sagrada Comunión. Otras parroquias de la ciudad manejaron su propia programación.
En la Pasión “lo que se suele hacer es leer el relato de la Pasión de Jesús lo que es conocido como Las Estaciones. Se tiene una celebración de La Palabra con la participación de toda la feligresía que colabora con la colecta Pro Tierra Santa”, relató el párroco.
En la Adoración de la Cruz, la gente sube al Calvario para identificarse con este Cristo que ha muerto por nosotros, por amor a nosotros, explicó Uriona.
“Es un lugar apropiado para la oración. Los que van tiene que ir con esa actitud de oración, de dar gracias a Dios porque ha muerto por los pecados de uno, por los pecados del mundo”, indicó.
“La gente más devota se arrodilla, también para pedir perdón, porque también reconocemos que no solamente los romanos y judíos, de ese entonces, le mataron sino que también nosotros cada vez que pecamos, también somos conscientes de que seguimos matando a Jesús, seguimos traicionando a Jesús, cada vez que traicionamos nuestra propia misión de discípulos, de apóstoles”, reflexionó.
Cerca de las siete de la noche comenzó la ceremonia de Via-Crucis, Descendimiento, cuando desclavan a Jesús de la cruz, para luego continuar con la Procesión del Santo Cristo en el Sepulcro.
Se programó que la procesión con las imágenes religiosas salgan del atrio de la Catedral, recorran las calles Cipriano Barace, Antonio Vaca Díez, Santa Cruz, La Paz, Joaquín de Sierra para regresar a la Catedral.
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