viernes, 22 de abril de 2011

INDÍGENAS PROTEGEN A JESÚS CRUCIFICADO

“No ve que Jesús está ahí crucificado, por qué pasa”, increpa una anciana del Cabildo Indigenal a una joven que despreocupada caminaba frente a la Iglesia Catedral de Trinidad, este Viernes Santo.

En el atrio de la Iglesia, Jesús en la cruz sangra y sufre para salvarnos de nuestros pecados. La representación es protegida por ancianos y ancianas del Cabildo Indigenal de Trinidad y miembros de otros grupos católicos.

Pedro Chappy mueve con paciencia la delgada vara que utiliza para proteger la imagen de Jesucristo, tal como lo hicieron sus antepasados.

Con el resto de los guardianes, impide el paso por la calle de la Catedral y obliga a los feligreses a que se acerquen a la cruz de frente y en orden.

“Lo que hacemos es hacerlo respetar al Señor, aquí, haciendo guardia para que la gente no se amontone mucho en el altar”, explica el indígena.

Chappy, de 53 años de edad, recuerda que la primera vez que hizo guardia dejaba pasar a la gente, 17 años después ya no lo permite.

Don Santiago asegura que nunca tuvo que utilizar la vara para imponerse ante los transeúntes en más de una década de guardián.

“Se les ha hablado bien bonito y oyen”, dice mientras sonríe.

Son diferentes los motivos que mueven a los guardianes para soportar el fuerte sol y mantenerse parados mientras Jesús está en la cruz el Viernes Santo.

Adhelia Durán señala que es guardia para cumplir una promesa que le hizo al Señor, aunque resguardar la cruz le causa dolor.

“Siento que por nosotros él sufrió. A él lo han castigado hasta matarlo; pero fue por nosotros. Él se dejó castigar y se dejó matar por nosotros”, lamenta la mujer de 57 años de edad.

La mojeña Bacilia Moye, de 75 años de edad, es guardia por pedido de su madre, muerta hace 20 años.

“Mi mamá era abadesa. Ella me hablaba para que yo colabore, que sea guardia cada año en Semana Santa”, cuenta la mujer de cabellos canos.

El párroco de la Iglesia Catedral, Noe Uriona, explicó que la celosa guardia indígena hace que perdure la tradición que recibieron de los misioneros.

“La función pastoral que ellos tienen es precisamente salvaguardar la tradición que ellos han recibido de sus padres. Recordemos que los padres de nuestros hermanos del Cabildo tienen una tradición fuerte de lo que ha sido la catequesis de los misioneros jesuitas, y franciscanos”, sostuvo.

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