278 familias de Villa Marín sufren por la inundación de sus viviendas ubicadas en una zona que tiene protector contra el rebalse de los ríos.
La cifra fue brindada por la secretaria general del directorio de la zona, Keila Justiniano, quien aclaró que en toda la Villa viven alrededor de 400 familias.
Villa Marín se encuentra en el sector oeste de la capital del Beni, fuera del primer anillo de circunvalación y dentro del protector de tierra construido para evitar las grandes inundaciones del 2007 y 2008.
Muchas de las personas decidieron salir de sus casas, el lunes, a lugares más altos, la subida del nivel del agua terminó por convencer a otras, este martes.
42 carpas entregadas por Defensa Civil continuaban de pie hoy en una de las rutas de ingreso al barrio, otras se rompieron después de haber sido armadas como consecuencia del viento y la lluvia caída el lunes y el mismo martes pese a ser nuevas.
La zona se inundó con la lluvia del domingo aunque desde hace semanas tiene problemas con el agua por falta de motobombas que expulsen el líquido fuera del deflector construido por la Fuerza Binacional Bolivia–Venezuela.
Justiniano dedicó su tiempo a pesar y distribuir alimentos a las familias damnificadas, acompañada de los demás integrantes del directorio.
Los productos como arroz, azúcar, fideo y harina fueron entregados por Defensa Civil y Ciddebeni, aunque también recibieron los donativos de políticos que están en campaña como Jésica Jordan, Ernesto Suárez y Moisés Shriqui.
Esperan más raciones que alcancen para 15 días por familia. La lista de beneficiados, en primera instancia, fue levantada teniendo en cuenta a las personas que tienen sus casas con agua.
Algunas casas todavía no se inundaron, sin embargo, a sus habitantes les resulta difícil salir o ingresar porque se encuentran en medio del líquido y para llegar a lugar seco tienen que recorrer varias cuadras completamente anegadas. Gran parte de las calles del barrio desaparecieron bajo el agua.
La lluvia de hoy complicó más las cosas. El nivel del agua se incrementó unos centímetros y los vecinos observan que no deja de subir.
Dos médicos cubanos atendieron a los habitantes del campamento, carpa por carpa. Al otro lado del barrio, médicos venezolanos atendieron a los vecinos en la loma donde se encuentra la sede social.
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