-Dos apagones de luz empañaron la ordenación episcopal
Monseñor Roberto Bordi fue ordenado como Obispo Auxiliar del Vicariato del Beni, la noche de este jueves, en la Iglesia Catedral de Trinidad por el cardenal Julio Terrazas y por decisión del Papa Benedicto XVI.
Para asistir a la ceremonia religiosa, llegaron obispos de todo el país, así como sacerdotes del departamento. En la Iglesia estuvieron presentes, el Cabildo Indigenal de Trinidad, el gobernador beniano Ernesto Suárez y feligreses tanto hombres como mujeres de diferentes edades.
La ceremonia, programada para las ocho de la noche, comenzó con 20 minutos de retraso por un primer corte de luz, el segundo apagón se produjo una hora después de comenzado el acto.
Los religiosos con sus sotanas blancas ingresaron en fila de dos por la nave central de la Catedral hacia el altar, seguidos por el cardenal Terrazas.
Por el mismo pasillo ingresó el hasta hace poco párroco de la población de Magdalena, menudito de cuerpo y con sus cabellos oscuros con tendencia al plateado.
Al inicio, el obispo anfitrión, Julio María Elías, dijo que el Papa Benedicto XVI le concedió la gracia de enviar a un Obispo Auxiliar para que no haya sólo un “obispo con estrés”, y para que juntos se hagan cargo de la labor pastoral en su jurisdicción.
Fue el cardenal Terrazas quien preguntó si tenían el Mandato Apostólico de Ordenación, enviado por el siervo de siervos de Dios, el Papa. A la respuesta de si, pidió que sea leído y así se hizo en voz alta.
Antes del segundo corte de luz, el Cardenal, que había recibido un reconocimiento esa tarde por parte de autoridades municipales, recordó que Jesús “es nuestro buen pastor” que nos guía.
“Esperar que con nuestra oración, nuestro hermano Roberto, pueda ser siempre el hombre de la verdad, el hombre de la justicia, el hombre que no calla jamás la palabra de Dios, ni ante las amenazas, ni ante los peligros, ni ante la muerte”, dijo la autoridad eclesial.
Ante la deficiencia en el servicio eléctrico, la ceremonia de ordenación episcopal se realizó a la luz de las velas y linternas que funcionaron con baterías, además fue acompañada por el respetuoso silencio de los presentes.
El sacerdote recorrió nuevamente la nave central de la Iglesia, esta vez con toda la indumentaria y debidamente investido, dibujando la señal de la cruz en el aire como parte de su primera bendición episcopal.
“Pido al Señor que pueda ser fiel a este servicio apostólico”, dijo después de agradecer a todos los presentes por haberlo acompañado en la ceremonia.
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