martes, 22 de junio de 2010

INDÍGENAS CAMINAN 51 KILÓMETROS EN DEMANDA DE AUTONOMÍA




Cientos de indígenas de las tierras bajas de Bolivia caminaron 51 kilómetros en un día y medio en demanda de autonomía plena y recursos económicos.

El grupo está conformado por representantes de pueblos originarios de los departamentos de Pando, Beni y Santa Cruz.

La dirigencia indígena aseguró que son más de 700 las personas movilizadas entre hombres, mujeres, niños y ancianos, aunque a primera vista da la impresión de que son menos de la cantidad indicada.

Autonomía plena en los territorios indígenas consolidados y recursos económicos para desarrollarse son los principales objetivos que persigue la Séptima Marcha Indígena.

Esperan en la ruta Trinidad-Santa Cruz de la Sierra, sector oriental boliviano, a que el Gobierno de Evo Morales les envíe una respuesta a sus demandas de manera escrita.

La marcha partió el lunes desde Trinidad rumbo a la capital cruceña, primero y a La Paz, después. El trayecto completo sobrepasa los un mil kilómetros de distancia y va desde el oriente boliviano hasta el occidente del país.

El grupo humano llegó al medio día de este martes a la población de Casarabe, al Este de Trinidad.

Salieron a las seis de la mañana de la pequeña población de Elvira, ubicada a 36 kilómetros de la capital beniana, a donde llegaron la tarde del día anterior después de doce horas de marcha.

El paso de los caminantes ya no era tan ligero como los del primer día. Sobre el asfalto soportaron una temperatura ambiente que sobrepasó los 30 grados centígrados.

De vez en cuando algunas nubes tapaban el sol radiante y daban alivio al aliento de los marchistas, quienes también recurrieron a las naranjas para soportar el calor o corrieron a recibir mandarinas y otras frutas que gentilmente les ofreció más de un transportista.

Algunos pedían que de algún lado llegue una brisa para enfriar su cuerpo, otros temían al anunciado viento del sur que llegó el lunes a Santa Cruz y se pronosticó que pasaría hasta territorio beniano.

El surazo no llegó y los indígenas siguieron camino calzando zapatillas deportivas o sandalias que disminuyeron el dolor de las ampollas que a algunos les salió en los pies.

Varias ollas humeantes marcaron el punto de descanso a un lado de la cancha de fútbol en Casarabe. Fueron colocadas bajo la sombra de altos motacuces y frondosos bibosis.

Los platos y cubiertos se repartieron casi de inmediato entre la multitud y fue servido el ansiado alimento preparado a leña por el grupo de mujeres encargadas de dicha tarea.

“Chicha”, gritó un sediento; “equipo”, convocó un futbolista. El cansancio fue disminuido con largos tragos de chicha, chivé o gaseosa.

Mientras tanto, la carta del presidente Morales se hace esperar y los dirigentes de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB) desacreditaron en Trinidad el esfuerzo de sus hermanos.

El ánimo de los marchistas sigue firme después de la segunda jornada de marcha. Descansarán este miércoles en Casarabe para continuar con su paso el jueves si es que el primer Gobierno indígena de Bolivia no los atiende.

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