Decenas de familias ingresaron a terrenos baldíos que supuestamente pertenecen a la Universidad Autónoma del Beni y aseguraron que no los abandonarán porque necesitan donde vivir.
Hombres y mujeres con pala y machete en mano limpiaron los terrenos ubicados al final de la Av. Japón e instalaron carpas antes de comenzar a construir sus viviendas.
Los loteadores explicaron que ocuparon las tierras porque necesitan un lugar donde vivir y que no tienen otro lugar para hacerlo.
Funcionarios de la universidad pública beniana aparecieron por el lugar y les indicaron que los terrenos están debidamente registrados en Derechos Reales.
“Nosotros somos gente que realmente necesitamos un lote. Necesitamos un lote porque somos gente pobre”, argumentó Norma Vaca, una de las loteadoras.
“Estamos decididos a quedarnos aquí mientras no aparezca el dueño porque al dueño no le importa”, añadió.
Otra mujer preguntó porqué la universidad nunca hizo limpieza de esos terrenos si puestamente es dueña del lugar, sabiendo que algunos drogadictos y delincuentes se esconden entre la vegetación para cometer sus fechorías.
Recordaron que semanas atrás apareció el cadáver de una joven en una de las pozas que hay en la zona. Resaltaron que el extenso lugar es utilizado como basurero y como escondite de algunos “pitilleros”.
Un hombre insistió que en los planos que maneja el municipio trinitario el lugar aparece sin el nombre del propietario, lo que fue interpretado como si estuviera abandonado y libre para ser ocupado por cualquiera.
El trabajo de limpieza comenzó después del 27 de mayo.
Entre tanto, el jefe de la División de Infraestructura y Mantenimiento, David Suárez, apareció por el lugar la mañana de este lunes.
“Nos encontramos alarmados por este movimiento de personas sin tierra que ha venido a avasallar a los terrenos de la Universidad”, expresó.
Suárez contó que el terreno es parte del Campus Hernán Melgar Justiniano que originalmente medía 337 hectáreas.
En parte del Campus fueron construidas las urbanizaciones: Universitaria, Monteverde y Patujú. Además, fueron cedidas 15 hectáreas para la Villa Olímpica y otra pequeña parte para el Hospital Materno Infantil.
El terreno ocupado fue destinado para la construcción del Museo Ictícola y Acuario, proyecto que fue elaborado pero no ejecutado por falta de recursos económicos, aclaró Suárez.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario