domingo, 27 de junio de 2010

FAMILIA COMPLETA MARCHA POR AUTONOMÍA PLENA



Sus pequeños pasos en la carretera no pueden igualar a los de su madre. York Quete González, de tres años de edad, siente que se están quedando atrás y por eso emprende la carrera para alcanzar a su padre y a su hermano quienes están a la cabeza de la Séptima Marcha Indígena.

Su madre, Rocío González Ayala (28) lo sujeta de una mano para no separarse de él y corren juntos hasta alcanzar a los marchistas que exigen al Gobierno Central autonomía indígena plena y recursos económicos.

York apenas habla y cuando ve la cámara fotográfica que le apunta cierra los ojos con fuerza y esconde la cara en el hombro de su madre, quien ya lo tiene entre sus brazos para no volver a retrasarse mientras los demás caminan.

Para caminar por horas bajo el sol radiante se requiere mucho esfuerzo, el trabajo para Rocío González es doble porque tiene que cargar a su hijo menor.

Por fortuna, también la acompaña su esposo, Julio Quete (34) con quien se turna el cuidado de sus dos hijos marchistas.

Al infante hay que cargarlo cuando se cansa de caminar y al segundo, Julio Quete González, de nueve años de edad, hay que vigilarlo para que no se aleje del grupo y por un descuido o mala suerte lo arrolle alguna de las movilidades que circulan por la carretera.

La familia Quete-González llegó a Trinidad desde Riberalta con la delegación de la Central Indígena de la Regional Amazónica de Bolivia (CIRABO). La familia completa está en la carretera desde el lunes marchando hacia la Sede de Gobierno. Lleva recorridos 145 kilómetros.

“Así tenemos que marchar con hijos, con ollas. Tenemos que hacerlo porque el presidente (de Bolivia Evo Morales) se está haciendo el duro. Nos echa a un lado. ¿Qué creerá el presidente (Morales), que nosotros somos sus entenados (criados), qué pensará?”, preguntó la joven madre sin perder el paso.

Rocío no es la única mujer que marcha acompañada de sus hijos. Otras madres contaron que no tienen con quién dejar a los menores mientras ellas defienden sus derechos y por eso los llevan a cuestas.

“Vamos a llegar hasta el Palacio si el gobierno no nos tiende”, se prometió González.

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