PRECIO DE LA CARNE DE RES PODRÍA SUBIR EN UN 30 POR CIENTO

El precio de la carne de res podría subir entre un 20 y un 30 por ciento en los mataderos de la ciudad luego del gasolinazo, estimó el gerente de la Federación de Ganaderos del Beni y Pando (FEGABENI), Carmelo Arteaga.

El precio del kilo gancho se elevó recientemente de 14 a 15 Bolivianos como consecuencia de la sequía. Los productores ahora deberán revisar la escala de costos para fijar el nuevo precio.

El precio de la carne “tiene que sufrir una nivelación, utilizando los términos del Gobierno, en función a los costos de producción que como todos conocemos día a día que pasa se ve claramente con el incremento de cada una de las actividades o compras que realizamos como sector”, señaló.

El sector del transporte pesado, por ejemplo, ha hecho conocer que elevará los costos por sus servicios en aproximadamente un 58 por ciento.

El ganadero antes pagaba 120 Bolivianos por cada res que llevaba desde Trinidad hasta Santa Cruz, ahora deberá pagar 190 Bolivianos, de acuerdo a los precios anunciados por los transportistas.

El incremento corresponde a un aproximado de 10 dólares o el cinco por ciento del precio de una res para consumo.

Pero no es sólo eso lo que se incrementa. Los ganaderos deberán pagar más por la gasolina o el diesel que utilizan para transportarse hasta sus estancias. En época de lluvias o cuando ocurra alguna emergencia deberán pagar más por el pasaje en avioneta.

El gasolinazo tendrá “un efecto multiplicador muy grande, que yo, en principio muy rápidamente y quizás quedándonos cortos decía ya de que se va a sufrir un incremento, en principio, al precio del producto de un 20 por ciento”, adelantó.

Esto quiere decir que el precio del kilo gancho de res debería elevarse de 15 Bolivianos a 18 Bolivianos.

Sin embargo, otros productores plantean que un incremento del 20 por ciento sería insuficiente y proponen que el precio se eleve en un 30 por ciento, comentó Arteaga.

El sector deberá hacer frente, también, al incremento en el precio de la alimentación de los trabajadores y un posible aumento en los precios de los productos y servicios veterinarios.