“Es la primer película que se hace aquí en Trinidad, con gente de aquí de Trinidad”. Con esas palabras, un padre intentaba explicarle a su pequeña hija la importancia del largometraje que estaban a punto de ver en el cine teatro local.
“Imagínate que nosotros salimos en una película”, respondió la inocente niña, poco antes de que José Luis Ibáñez, maestro de ceremonia, se presentara sobre el escenario frente a quienes llenaron la sala en la Premier de Gala de “Opapícaro”.
Pasaban diez minutos de las siete de la noche, la sala a media luz estaba a punto de rebalsar. Circulaban entre las butacas cajas con pipocas y vasos con refresco. Las luces de los teléfonos inteligentes formaban un enjambre de luciérnagas.
El cine recobraba el aire de décadas anteriores en las que las películas del fin de semana eran el entretenimiento sano esperado por muchos.
La noche en que fue presentada “Opapícaro”, el Cine Trinidad parecía que revivía, por sus estrechos pasillos casi se podía sentir su aliento fresco movido por los ventiladores que cuelgan de la pared.
Ibáñez, vestido con traje y corbata, llamó pronto la atención de los espectadores que dejaron de murmurar y quedaron en silencio. Recordó que sobre esas mismas tablas, en la década del 70, Hernando “Nando” Chávez, guionista, actor y director del film, se estrenó con su grupo teatral, por lo que la presentación de esa noche también invitaba a la nostalgia.
Los personajes de Nando Chávez: El Opa Juanoncho y Don Sinforoso, habían recorrido poblaciones del Beni y Santa Cruz con su humor costumbrista; era la hora de que lleguen a la pantalla grande con su infaltable mensaje social.
El maestro de ceremonia fue presentando uno a uno a los actores cruceños y benianos que pudieron acompañar a Nando en ese acto tan especial.
Entre los artistas locales estaban Avir Rivero, de gran actuación; Marco Antonio Gutiérrez, quien hizo a un lado su papel de concejal en la vida real y se animó a protagonizar unas líneas dentro de la película; Elvira Ibáñez, que sorprendió con su desarrollo frente a la cámara; Fanthy Velarde, antigua compañera de elenco de Nando no podía faltar en la trama del film; Ana María Ortiz, la bella trinitaria hizo su debut como actriz y provocó risas y suspiros.
Por supuesto que también estuvieron frente al primer público algunos de los artistas cruceños como Julio Novillo Gutiérrez, Víctor Hugo Castedo y la bella Fátima Gómez.
La voz de Nando, después de mucho tiempo, volvió a retumbar en su escenario, esta vez ayudada por el micrófono y la alta calidad del equipo de sonido que hay instalado en la sala.
Sus palabras fueron de agradecimiento con el pueblo trinitario que ayudó en la grabación de la película cuando le tocó rodar las escenas en exteriores; pero también a las empresas, instituciones y personas particulares que le ayudaron a reunir los más de 40 mil dólares que utilizó en la producción.
El artista beniano parecía sentir en los hombros una mezcla de tensión y nerviosismo que probablemente comenzó a formarse hace ocho meses, cuando surgió la idea de hacer la película, y se acrecentó ese día.
Las últimas horas fueron extenuantes para él, porque se había encargado personalmente de muchos detalles necesarios antes de la función, desde la visita a los medios de comunicación para reiterar la invitación al público, hasta asegurarse de que la película sea debidamente proyectada sobre la pantalla.
Pero ya no había tiempo para más, era el momento de enfrentarse al exigente público y dejó que la proyección comience, eran las 19.35 Hrs.
Las luces se apagaron, reinó el silencio y al minuto de iniciada la película las risas del público inundaron el lugar y no dejaron de repetirse, Nando respiró aliviado, la figura del Opa Juanoncho se había agigantado sobre la tela blanca de la pantalla donde sus ocurrencias quedaron inmortalizadas.
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